lunes, 7 de marzo de 2011

The Bay of Islands

Primera escapada de fin de semana. Todavía estamos a principio de curso y no hay mucho agobio así que había que aprovechar. El destino The Bay of Islands. No está muy lejos y dicen que es un sitio que compensa ver cuando aun hace buen tiempo. En esto último nos fue un poco como en feria (echaba de menos esta expresión jajajaja). Nos diluvio todo el fin de semana, pero dio igual.


Lo primero es el medio de transporte. La opción más cómoda y más económica aquí es alquilar coches. Sale por menos de la mitad que el autobús y no hay color en cuanto a comodidad, sobre todo si tú no tienes que conducir ni preocuparte de la ruta ni hacer nada, como fue mi caso. Somos 8 así que alquilamos una furgoneta. El conductor estaba claro: el canadiense. Antes de llegar a Auckland estuvo unas 3 semanas con amigos de viaje, así que estaba acostumbradísimo a conducir por aquí. Lo único cuando se nos hizo tarde y tuvo que conducir de noche… todos sabemos que los canadienses y la oscuridad no son una buena combinación. Pero no hubo problema.



Llegamos al hostal a eso de las 10.30 de la noche. Dejamos la mochila en las habitaciones y hacemos lo lógico, una ducha y a la cama. Pero antes de la ducha tocaba hacer la chorrada de rigor, ir a la playa a bañarse a las 11 de la noche. La verdad es que el agua estaba calentita, incluso más que en el mediterráneo. Y de olas nada, como un plato. Cuando volví a mi habitación del hostal a pegarme una ducha las de mi habitación flipaban. Decían que estábamos como cabras, que esa playa estaba llena de medusas, que ellas no se metían ahí ni durante el día…. Yo no vi ninguna ni me pico nada. Y el baño estuvo muy bien.


Al día siguiente tocaba madrugar para ir a ver a los delfines y con un poco de suerte a pegarse un baño con ellos. Estaba diluviando, no paro de llover en toda la mañana. Dentro del barco eso no molesta mucho, pero las vistas no fueron tan buenas como podían haber sido si hubiera hecho bueno… Aun así algunas fotos quedaron bastante curiosas, y vimos delfines. Luego te dan unas aletas, gafas y tubo, y ale a nadar persiguiendo los delfines. Por una parte no me gusto el tener que andar “persiguiéndolos”, pero siempre es mejor verlos en el mar que en una piscina haciendo el mono. Pude ver un par de ellos jugando justo debajo de donde estaba nadando. Mirar para abajo y ver dos delfines girando juntos y nadando a todo trapo mola bastante. Esperaba ver alguno con gorro de marinero y nadando con un rape con cara de sapo, pero parece ser que la serie de dibujos animados que marco mi infancia no estaba basada en hechos reales. Por otro lado mi compañera de piso sueca casi se nos muere en el barco. Dormir solo una hora por culpa de los ronquidos de un compañero de habitación, unido a un desayuno muy triste y los 15 minutos nadando detrás de los delfines da como resultado una señora bajona. Pero después de que la atendieran y de comer como dios manda y una buena siesta, esa misma noche estaba como nueva.




Después de toda la mañana en el agua, y de calarnos en el tramo entre el puerto y el hostal tocaba ir al hostal a ducharse y cambiarse. De tarde “parecía” que el tiempo mejoraba, así que me fui de paseo con la otra chica sueca, amiga de la primera y que está de visita un mes. A unos 20 minutos o media hora caminando desde el hostal esta Waitangi, lugar donde se firmo el Tratado de Waitangi, como su nombre indica. Intentare próximamente hacer una entrada hablando sobre el tratado. Por ahora dejo unas fotos.


Estando allí, empezó a llover de nuevo. Apareció un chaval Inglés que hablaba sueco. No pudo tener más puntería. De llover pasó a diluviar así que allí estábamos atrapados en Waitangi con el inglés pesado que quería fardar de que hablaba sueco. Después de 45 minutos, seguía lloviendo, así que decidimos volver a mojarnos y sacrificar la ropa seca. Cuando llegamos al hostal a cambiarse otra vez… solo me quedaba una camiseta seca. Y encima en ese hostal con el calor no secaba nada. Todo mojado durante todo el fin de semana. Pero las vistas desde el Hostal no estaban nada mal.


Ya el domingo nos tocaba volver. El viaje dura unas 4 horas y media y queríamos ir con calma y parar en algún sitio así que después de desayunar pusimos rumbo a Auckland. Paramos a ver la catarata de Whangarei. Y luego a sacar algunas fotos del paisaje. A las 5 de la tarde llegábamos a casa sanos y salvos.


5 comentarios:

  1. Solo puedo decir una cosa:

    Me cago en tu puta suerte, ¡qué envidia, joder!

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  2. Joder, qué envidia. Y no de la sana, eh, de la mala, de la podrida.

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  3. Carla, ¡qué genial lo de nadar con delfines! Comparto la envidia del que escribió antes que yo, pero me alegro muchísimo por tí porque sé toda la mierda que te comiste antes de estar ahi y te lo tienes más que merecido. :D ¡Un abrazo enorme desde Alemania! ¡Y no dejes de postear cosas guapas ni de darnos envidia!

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  4. jajajaja muchas gracias por los comentarios ^^
    Aqui no se puede dar a me gusta, pero mucho me gustan todos!
    La verdad es que fue un buen fin de semana.

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  5. creo que ya te he comentado que me das una envidia que ya empieza a ser insana, verdad? bañarse de noche en el pacífico y tener la suerte de que no te piquen las medusas, ver delfines, viajecito de fin de semana con colegas....Carla Carla...esto no puede ser... ;)

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